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Foto del escritorEileen Larracuente

¡Silencio...!


Tengo un amigo que dice que soy el único músico al que no le gusta la música. Esto porque él, y todo el que me conoce sabe, que no escucho música en el automóvil, ni mientras me baño, ni cuando quiero meditar o estar relajada.

En esas instancias, prefiero el silencio…


Todas las semanas recibo a unos cuantos estudiantes afectados por alergias, catarros y congestión a los que les recomiendo silencio absoluto hasta ver al otorrinolaringólogo.


La reacción es siempre de terror.  


En primer lugar, porque les asusta tener alguna afección en su voz, que es su tesoro más preciado; pero para muchos, la preocupación principal es que no creen ser capaces de manejarse sin hablar y les asusta estar en silencio.


Tengo la impresión de que mucha gente le tiene miedo al silencio.  

La recomendación de estar y guardar silencio es la peor noticia que pueden recibir porque no conocen los beneficios extraordinarios que pueden obtener.


Para mucha gente el silencio es sinónimo de soledad, por lo que les asusta.

Entonces, muchos tenemos la tendencia de comenzar a llenar los espacios de silencio con ruido de la televisión, música o conversaciones (muchas veces innecesarias e inútiles).


Oye, no es que ver televisión, escuchar música o conversar sean actividades que no debemos realizar. Lo que te quiero compartir son los beneficios de disfrutar de momentos de silencio como parte de tu rutina diaria.


Muchos estudios científicos comprueban los beneficios que trae el silencio.  


Por aquí te dejo algunos:


Mejora tu salud física y mental:

• Reduce el estrés

• Mejora los problemas de sueño

• Disminuye tu presión arterial

• Mejora tu memoria y concentración


Mejora tus relaciones sociales:

• Ayuda a mantener relaciones sociales saludables (a veces ¨calladitos nos vemos más bonitos¨)

• Te convierte en un buen oyente


Mejora tu relación contigo mismo:

• Nos ayuda a acercarnos, conocernos y estar en sintonía con nosotros mismos


No esperes tener alguna afección vocal para conocer (obligadamente) los beneficios del silencio. Practícalo todos los días. No tienes que separar horas para hacerlo. Comienza invirtiendo 15 o 20 minutos.

 

Por aquí te comparto mis momentos de silencio que pueden darte una idea de cuándo lo puedes hacer:  

• Cuando voy en el automóvil

• Mientras realizo tareas diarias

• Mientras me baño

• Mi momento favorito: en la mañana cuando me levanto antes que todo el mundo o cuando todos ya se han ido. (Éste es mi momento de meditación y oración diaria. Te garantizo que una vez lo comienzas a hacer, no vas a poder emprender tu día sin separar este espacio.)

• En la noche antes de acostarme


Al final, no tengas miedo. El silencio absoluto no existe. Cuando guardas silencio te das cuenta de que allí donde hay silencio habla lo sustantivo.  Escucharás la voz de la naturaleza para llenarte de paz y armonía, la voz de tu yo interno para descubrir tus más íntimos anhelos y la voz de Dios para hacerte comprender que esos anhelos no son casuales. Están atados a tu proyecto de vida y vienen con herramientas e instrucciones. Solo guarda silencio……


"Qué espléndida laguna es el silencio  allá en la orilla una campana espera  pero nadie se anima a hundir un remo  en el espejo de las aguas quietas"

​​​El Silencio

​​​Mario Benedetti

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