Recuerdo que mi primera maestra de canto siempre decía que mi voz tenía color de chocolate. Eso me hacía sentir tan especial que cuando cantaba andaba pensando en lo delicioso, dulce y apetecible que podía ser mi sonido para los demás. Pero bien tempranito me di cuenta de que, por raro que me parezca, siempre hay personas a las que no les gusta el chocolate…
El color de tu voz es algo que la distingue de las demás y es tan único como tú.
No se debe fingir ni fabricar porque al final es importante saber que las voces saludables y duraderas son las que se trabajan con una técnica libre y sin restricciones.
Entonces, si quieres una voz saludable y efectiva, tendrás que lidiar con el hecho de que a algunos no les guste su color, como a algunos no les gusta el dulce o el chocolate…
El color de la voz es un término que para muchos tiene que ver con un sonido claro o un sonido oscuro o que está relacionado con la tesitura vocal, aguda o grave.
También hay quien piensa en las dinámicas para darle diferentes “colores” a su voz. Y algunos descubren que pueden manipular su color de voz según el estilo de la canción que decidan cantar.
Y es que en el intento de describir lo que escuchan, las personas recurren a comparar la voz con algo que pueden ver o tocar. De esa manera le dan a la voz atributos y cualidades que pueden ser muy efectivas para su descripción, pero también muy extrañas.
Por ejemplo:
hay voces que la gente describe como suaves o aterciopeladas, aunque la voz no se puede tocar;
le dan a algunas voces el adjetivo de livianas o pesadas, aunque el que escucha no las pueda cargar para tomarle el peso;
describen otras voces como profundas o robustas, aunque la voz no se puede ver;
y a lo mejor has escuchado describir una voz como “dulce” (y no te parece extraña la descripción de mi maestra cuando decía “voz chocolatosa”), aunque la voz no se puede comer.
Aún cuando las personas tienen diversos modos para describir el “color” de las voces, lo cierto es que la clasificación de la voz tiene todo que ver con ese color. Puedes usar los adjetivos que quieras pero las personas con voces oscuras, profundas o graves serán clasificadas como bajos o barítonos (si son varones) y altos o mezzo-sopranos (si son mujeres). Y las personas con voces cuyo timbre es más agudo y brillante son clasificadas como tenores (si son varones) y sopranos (si son mujeres).
Muchas personas piensan que esa clasificación de voz depende solamente de las notas que puedes alcanzar. Lo cierto es que aunque el registro al que llegas se debe tomar en consideración para clasificar tu voz, no es lo único que hay que considerar.
Una buena técnica vocal supone que puedas alcanzar un registro rico y extenso. Que te permita, además, tener un centro sólido y crecer hacia ambos extremos. Es decir, extenderte tanto hacia arriba del registro para conseguir buenos agudos, como también hacia abajo para conseguir buenos graves.
Así, ser mezzo-soprano o barítono no lo define el que te falten agudos. Conozco muchas mezzos y barítonos con excelente y amplio registro que les permite llegar a notas altas pero su color de voz robusto y profundo es lo que hace que sean clasificados como mezzos o barítonos. Igual pasa con algunas sopranos y tenores que pueden alcanzar buenas notas graves pero su color de voz es más brillante que el de los barítonos o las mezzos.
En fin, tu clasificación de voz dependerá de varios factores que deben considerarse con igual importancia:
tu alcance tonal o registro
tu color de voz
y muchos consideran que hasta el lugar donde se encuentra tu “pasaggio” (donde la voz cambia del registro de pecho al de cabeza) juega un papel determinante a la hora de clasificar tu voz.
Todas estas cualidades vocales hay que considerarlas a la hora de clasificar tu voz, pero al final la consideración más importante dependerá en gran parte de cuán cómodo te sientes cuando visitas cada registro y donde sientas que tu voz fluye con total libertad,
sabiendo que al final puede que no le gustes a alguien.
Pues bien lo dice el viejo y conocido refrán: para los gustos, los colores…
Pero sólo desde la libertad podrás ofrecer la verdadera textura, sabor y color de tu voz de manera transparente.
Porque es desde la libertad desde donde se expresa tu musicalidad, tu pasión por lo que haces y tu voz plena.
¡Abraza tu “voz de chocolate”!!! 😆 🎵
Me encanta esta descripciòn! Antes pensaba que por tener la voz grave, no le iba a agradar a nadie hasta que descubrí que estaba en un graaan error!😉