A partir del séptimo grado fui a la escuela caminando. Durante los primeros dos años mi mamá se paraba en la esquina de mi casa para despedirme y mirarme hasta que su vista no me alcanzara más. Eso era una bendición hasta que comencé, como todo adolescente, a asumir una postura física con la que me sentía “cómoda”. Entonces, mi mamá me permitía caminar unas cuantas cuadras observándome y me llamaba para que regresara, sólo para corregirme la postura y demandarme que caminara derecha, entonces bajaba yo nuevamente todo el trayecto con el pecho erguido y la espalda y los hombros derechitos y alineados con tal de que no me hiciera regresar.
En ese momento no imaginaba cuánto bien me hacía ese ejercicio y cuánto me iba a servir. Pero literalmente ¨aprendí a cantar caminando¨.
¡Adivina qué fue lo primero que me enseñaron como fundamento esencial cuando comencé a estudiar la técnica vocal!
Gracias a mi mamá ya tenía un buen ¨camino andado¨ con relación a mi alineación física y mi postura que me dio una base firme para implementar todo lo demás.
La postura es como la respiración, la voz y muchas otras cosas que, aunque son parte del desarrollo natural del ser humano, necesitan modificación porque a través de los años alteramos y trastocamos su funcionamiento.
Entonces,
La postura se aprende.
Debemos conocer cuál es la alineación correcta para que nuestro cuerpo funcione adecuadamente. Esto es importante porque, aunque no lo creas, la mala postura puede afectar severamente la función de tu respiración, tu función cardiaca, tu función digestiva y ni hablemos de tu flexibilidad y movilidad.
La postura se practica.
La conciencia de una buena postura debe despertar en nosotros la disciplina de prestar atención a nuestro cuerpo y efectuar las modificaciones que hagan falta. Enseñar a nuestro cuerpo para crear memoria muscular con la intención de que eventualmente asumamos la postura correcta de manera natural.
La postura se proyecta.
No vas a creer todo lo que vas a ganar en el ejercicio de asumir una postura correcta y saludable. Vas a proyectarte con más seguridad ante los demás y verás como esto incide en tu credibilidad y aceptación en cualquier medio en que te desempeñes.
La postura se modela.
Te parecerá increíble, pero tu buena postura puede cambiar el ambiente pesado en un ambiente energético, el desánimo en entusiasmo e influenciar positivamente a todo el que alcance a verte. Esto es contagioso y provoca en los demás el deseo de emularlo. Así de simple…
Pruébalo ahora mismo.
• Hombros hacia atrás y hacia abajo
• Pecho cómodamente erguido
• Espalda derecha formando una T con la línea horizontal de nuestros hombros
• Caderas y rodillas relajadas
• Pies firmes en el piso a una distancia de un pie (12 pulgadas) entre ellos
Asume esta postura y respira. Verás como te oxigenas de manera distinta. Muchas veces eso es todo lo que hace falta para cambiar positivamente el ambiente y conseguir mejores resultados en todo lo que emprendas.
Y si aún con toda esta explicación técnica no le ves utilidad a este asunto, por aquí te dejo algunas “frasecitas pintorescas” de mami cuando me hacía regresar para corregirme. ¡Sólo léelas y sé que no se te van a olvidar!
-“endereza esa espalda…”
-“si sigues caminando así te vas a quedar chumba (sin nalgas)….”
-“te estas quitando como 4 pulgadas de estatura”
-“si no te enderezas, te va a salir una jorobaaa…!
-“¿pa’ dónde vas toda pandeá pa’ alante?”
¡Te garantizo que funciona porque funciona!
¡Gracias por la información Eileen! De seguro con esas frases al final del blog no se me van a olvidar y estarán bien talladas en mi mente para mi próxima clase de técnica vocal con usted. ¡Mil gracias!
ASÍ ES! GRACIAS POR COMPARTIRLO!
Cuando me iba a casar tomé clases de modelaje. Mi meta era aprender a caminar correctamente con mi traje de novia por las escalinatas y el pasillo de la Iglesia y saber posar para las fotos. ¡Cuál fue mi sorpresa haber aprendido tantas cosas más! Una de las cosas que agradezco fue corregir la postura al caminar, al sentarme y al estar de pie. Y algo que me enseñaron fue a imaginarme que hay una soga o cordón halando mi cabeza. Suena gracioso, pero esa sola imagen, alinea mi espalda y me corrije la postura en un segundo. Tal vez a alguien más le resulte...